Nefasto momento cuando uno va todo tuanis y de repente la güila le dice a uno: "no me ha venido". En ese momento, a uno se le traba la lengua, le sube un hormigueo hijueputa por las extremidades, espalda y cabeza, y de repente uno se pone tan nervioso como si lo estuvieran encañonando con una AK-47.
En ese momento, como cuando uno se encuentra cerca de la muerte (me han pasado ambas cosas), a uno le pasa por delante toda la vida, con énfasis en lo que hizo que lo llevó a este momento, llámese calentura incontenible, condón que no sirvió, o todas las anteriores.
Uno cae en una psicosis estúpida y cada vez que ve una doña embarazada o un anuncio de condones, siente como si Dios lo estuviera viendo a uno a los ojos y le dijera "ve güevón, por no protegerse".
Le viene a la mente a uno cada vez que alguien que uno conocía se jaló torta (tuvo un embarazo no deseado, para aquellos que no hablan "tico"), y uno se acuerda de haber dicho "puta más bruto" cuando se enteró. Recordarse de eso ahora es una lección de humildad y de mejor quedarse callado.
De repente uno piensa en los planes que tenía para el futuro y cómo esta situación los distorsionará por completo, de la forma que sea. Uno se ve a sí mismo contándole a todo mundo que repentinamente ha decidido formalizar con la novia/chamaca. Uno se ve cayendo del lugar donde estaba, donde todo mundo lo veía a uno con ojos tuanis por ser el miembro de la familia que había llegado lejos estudiando, y ahora, por razones obvias, a bretear como negro para el resto de la vida.
Cada día que pasa es más estresante, hasta que a la mujer le viene. Y uno respira.
Fuga, no paseo
Hace 2 años
