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¿Hay problema, Willy?

lunes, 20 de noviembre de 2006

Caza-Fantasmas

Es curiosa la memoria. Ayudó a los cavernícolas a recordar qué plantas no comer y qué animales no eran jugando, me ayudó a mí a recordar cómo caminar y hablar, y muy importante, cómo me llamo (sería muy raro tener que bautizarme -nominalmente, no religiosamente- de forma diferente cada día). Pero a veces uno irresponsablemente usa la memoria como un arma suicida. Al morir algo o alguien, un ser querido o una situación, es normal sentir dolor, ira, desconcierto, tristeza, y más que normal, es sano. Es sano dolerse por el ser perdido o por una nueva repartición de barajas en la vida: llorar por el dinero perdido, por el curso reprobado, por los amigos dejados atrás en otra ciudad... OJO, no estoy diciendo que lamentarse sea lo más inteligente, pero sí lo más humano.



Pero qué malo es cuando la lamentación dura tanto tiempo, cuando se añora tanto al muerto que no se le deja descansar en paz, y cuando esa sensación empieza a perjudicarnos, a perjudicar a los que nos rodean. He oído (aunque conozco sobre todo 3 casos opuestos a lo que voy a comentar) que es común que tras la pérdida de un hijo, que el dolor llegue a afectar tanto a un matrimonio, que éste se termine disolviendo, ante la incomparable cruz de plomo que es tener que vivir sin un pedazo de uno mismo, que uno tanto sigue amando. Mis respetos más profundos a 3 de las excepciones de esa dolorosa tendencia: familias Flores Hoffens (GUA) -Charlie, atropellado-, Escobar Nájera (CRC) -Carolina y Jennifer, accidente de tránsito-, Cruz Contreras (GUA) -uno muerto en el parto, y otro que no preciso-.



Inhumano es aquel que ante el dolor no demuestra debilidad, pero estúpido es aquel que se aferra a su dolor tanto, que olvida por qué está viviendo, y que niega con su conducta la razón por la cual sigue en este mundo, que es para buscar la felicidad, donde sea que esta se encuentre.



Yo por mi parte, considero que cambio mi afiliación, del grupo de los dolientes (al cual me uní por un tiempo increíblemente desproporcionado, con relación a lo que había perdido), al grupo de los que siguen adelante sin ya volver a ver para atrás. Ya fui demasiado injusto con mi "nueva" (y va entre comillas porque llevamos casi 4 años juntos -ver foto-) felicidad, pero por sobre todas las cosas: ya fui demasiado injusto conmigo mismo.



Es hora de limpiar la casa.

2 comentarios:

It´s all about me dijo...

I ment to say murdered with sexual violence..superfuerte!

Mar dijo...

de eso se trata...de adoptar actitud positiva y hacia adelante!!! bien por vos...